martes, 13 de octubre de 2009

Expectativas por posibles recambios en el Gabinete municipal

En las primarias la ciudadanía se expresó inequívocamente pero Trinchieri respondió de manera tibia, apartando a un funcionario de actuación irrelevante. Hace quince días, en las legislativas, los sunchalenses volvieron a expresar su insatisfacción de manera contundente. ¿Volverá el intendente a subestimar la inconfundible voz de los ciudadanos?

A quince días del desastre electoral del 27 de septiembre, el intendente Oscar Trinchieri se dispone a anunciar cambios en su gabinete de gobierno. Según fuentes extraoficiales, el mandatario habría confeccionado el nuevo organigrama municipal que acompaña los proyectos de ordenanza presupuestaria y tributaria con los que piensa encarar el tercer año de su gestión.
Con la experiencia de las primarias demasiado fresca, Trinchieri debe decidir la intensidad de las señales que piensa dar a la comunidad para convencerla sobre la existencia de una genuina voluntad de cambio. Muchos se preguntan si su proverbial soberbia lo empujará a cometer un nuevo error, provocando cambios superficiales o meramente cosméticos en su equipo de colaboradores, tal como aconteció cuando separó a Román González.
El sentido común indica que el mandatario debería tomar nota de lo sucedido en las legislativas, asumiendo que el 80 por ciento de los sunchalenses que concurrieron a votar no están conformes con los resultados de su administración, introduciendo cambios significativos en su equipo de colaboradores. En ese sentido, las miradas de la sociedad apuntan a los dos grandes derrotados de las primarias y del 27 de septiembre, Héctor Madoery y Elvio Saravia.
El principal problema con que se enfrenta el mandatario es la falta de candidatos aceptables para cubrir las eventuales vacantes que se podrían producir en el nuevo organigrama. Al efecto hay que recordar que la caprichosa conformación actual del Gabinete obedece en gran medida a esa imposibilidad de tentar a figuras de trayectoria y capacidad probadas. El sobredimensionamiento de las áreas a cargo de Madoery (Gobierno y Obras Públicas) y Saravia (Comunicación), así lo demuestra.
Si en el caso de Gobierno la sociedad expresó su descontento acerca de la falta de resultados concretos para combatir la inseguridad y el delito, en el área de Comunicación se castigó la soberbia de su responsable y la falta de transparencia y austeridad en el manejo de las partidas de publicidad oficial.

Divorcio de la realidad
Sin embargo el error que peores consecuencias tuvo fue la coexistencia de una comunicación sobredimensionada donde abundaron los medios condescendientes con una gestión que en los hechos tuvo durante sus dos primeros años muy pocos resultados concretos por exhibir. Este virtual divorcio de la realidad tuvo la virtud de aislar a la administración, dejándola a merced de una opinión pública caracterizada por un descontento creciente.
La responsabilidad por los gruesos errores cometidos no atañe solamente a estos dos funcionarios que por otro lado ya fueron aleccionados por la ciudadanía en los dos últimos comicios, sino también al intendente y al resto del equipo de gobierno.

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