miércoles, 23 de septiembre de 2009

Una prueba de fuego para el vecinalismo


¿Qué se puede esperar del domingo? La última cita con las urnas de 2009 provoca un tímido interés en los sunchalenses, es cierto, aunque de su resultado dependerá el rumbo político que seguirá la ciudad en los próximos dos años, prefigurando los comicios ejecutivos de 2011. A la hora de vislumbrar el comportamiento de los casi 10 mil sunchalenses que concurrirán a sufragar, puede servir el resultado de las primarias, donde el oficialismo sufrió uno de los peores reveses de su historia partidaria. No obstante, sería un error esperar que se repitan los mismos guarismos, ya que la elección del domingo es diferente, aunque no tanto como aseguran en el entorno del intendente Oscar Trinchieri.
Tras el sorpresivo traspié vecinalista, los medios de comunicación influenciados por el oficialismo apelaron a una falacia para intentar disimular lo indisimulable: que la lista no cuenta con candidatos capaces de revertir la pobre imagen que tiene la gestión municipal precisamente porque son piezas fundamentales de ella.
En efecto, el vecinalismo no permaneció al margen de las primarias del día 3 de agosto pasado, como señalaron falsamente los semanarios El Eco y Sunchales Hoy, dado que en este tipo de comicios -que pronto se instrumentarán a nivel nacional-, compiten en forma simultánea las listas internas y los partidos o coaliciones entre sí, incluso aquellas fuerzas que presentan una sola nómina de candidatos consensuada.
Si bien parte de la derrota obedeció a un error de estrategia, puesto que a diferencia del Frente Progresista el vecinalismo se vio perjudicado por una ausencia de competencia interna que generó desinterés en el electorado; una perfomance tan pobre implica necesariamente un cuestionamiento hacia la gestión, mucho más aún si se tiene en cuenta que los dos candidatos que encabezan la lista son piezas fundamentales del gabinete de Oscar Trinchieri. Así lo entendió el propio mandatario, quien luego de la derrota forzó la dimisión del subsecretario de Desarrollo Social y modificó la estrategia electoral, poniéndose al frente de la campaña proselitista y transformándola en una suerte de plebiscito sobre su propia gestión.
El problema estriba en que si 9 de cada 10 electores optaron hace poco más de un mes por los candidatos opositores precisamente porque no están satisfechos con la gestión municipal, la conversión de los comicios en una suerte de plebiscito, algo muy común en la política argentina actual, podría representar un grueso error, tanto o más grave que la elusión de la confrontación interna durante las primarias.
Con todo, es probable que el oficialismo experimente una “remontada”, aunque nadie puede decir a ciencia cierta si esta será suficiente para conservar una banca en el Concejo Deliberante. Como se recordará, en agosto la lista encabezada por Héctor Madoery y Elvio Saravia obtuvo poco más de 1200 votos, ubicándose en el tercero y último lugar, incluso detrás de la nómina del PJ. Si el domingo se repite el mismo caudal de sufragios, el partido de la familia Trinchieri necesitaría sumar alrededor de 800 votos para poder pelear la banca correspondiente a la minoría con cierta tranquilidad, un objetivo que en condiciones normales no resultaría difícil de alcanzar pero que en el contexto actual podría resultar muy dificultoso.
La pregunta es de dónde obtendrá el oficialismo el millar de sufragios que necesita para conservar por lo menos una banca. Lo más probable es que provengan de simpatizantes de la Democracia Progresista que supieron votar por un aliado incondicional del vecinalismo como Néstor Mosso, quienes se oponen a que la coalición integrada por su propio partido, el radicalismo y el socialismo predominen en el Concejo Deliberante y se perfilen como una clara opción de gobierno para el 2011. Sin embargo, esta posibilidad, si bien es cierta, no bastaría por sí misma para reunir el caudal que necesita el oficialismo para evitar quedar en minoría.
El principal problema que enfrenta el vecinalismo es que el PJ, una fuerza de la cual se viene sirviendo desde hace años, se ha posicionado como una alternativa minoritaria para el Concejo Deliberante. La perfomance del histórico José Marotti, quien logró imponerse a la dupla Madoery-Saravia en las primarias, así lo demuestra y constituye una opción para quienes no están satisfechos con la gestión de Trinchieri pero por cuestiones ideológicas no apoyan al Frente Progresista.
Por otro lado, para el vecinalismo no será fácil enfrentar una lista encabezada por Leandro Lamberti y Cecilia Ghione, en primer lugar porque el radical viene de obtener más de 4 mil sufragios en las primarias y se posiciona como un serio candidato a intendente para 2011 o 2015 y en segundo lugar porque la socialista goza del crédito que obtuvo durante sus cuatro años de gestión como concejala y hay una buena cantidad de sunchalenses que no quieren que sea desplazada del cuerpo deliberativo.
El intendente Trinchieri es consciente de las dificultades que enfrenta. Por eso se puso al frente de la campaña y en un gesto desesperado, convocó a los empleados municipales contratados para recordarles que si no votan por sus candidatos se quedarán sin trabajo.

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